La primera vez que asistí a un partido de fútbol en Vancouver, fue para ver uno de la Major League Soccer MLS, en el estadio BC Place, se enfrentaba el equipo local, Whitecaps FC contra honestamente no recuerdo quién.
Hubo varias cosas que me llamaron la atención, sobre todo el ambiente que se vivía en los pasillos del estadio y en los graderíos. Había música ambiental muy movida, sumada a una voz en off que hacía diversos anuncios, así como una pantalla gigante sobre el campo de juego y también la mascota del equipo, un muñeco de gaviota de tamaño humano que bailaba, saludaba y se tomaba fotos con los asistentes, en especial con los niños.
Era un ambiente festivo, en el que conversábamos, comíamos y tomamos bebidas con y sin alcohol, cómodamente sentados en nuestros asientos mientras esperábamos el inicio del cotejo. Sin embargo, lo que más recuerdo y además me sorprendió, fue un grupo compacto de espectadores que agitaban banderas, tocaban tambores y entonaban diferentes canciones dedicadas al equipo local.
Honestamente, no pensé que la efervescencia que se siente en el ambiente de los estadios de Sudamérica, Europa y otros cuantos países, también se sintiera en Norte América, donde es sabido que el fútbol no es precisamente el deporte más popular. Qué equivocado estaba.
Los Vancouver Southsiders
Con el pasar de los días, descubrí que los Whitecaps FC, tenían su fiel y bulliciosa barra. Que ésta no había sido la única, pero si la que había sobrevivido al paso del tiempo. Es importante destacar en este punto, que los Whitecaps FC se fundó en 1974, es decir que está por cumplir medio siglo de existencia y que ingresó a la MLS en el 2011. Sin embargo, la barra a la que me refiero en estas breves líneas, llamada los Vancouver Southsiders, se fundó en 1999.
En su sitio web oficial, cuentan más de su historia, de la que comparto un pequeño extracto: “Fundados en 1999, los Vancouver Southsiders eran originalmente un pequeño grupo de extraños unidos por su amor por los Vancouver 86ers, como se conocía entonces a los Whitecaps. El grupo se estableció en el lado sur de las gradas del estadio Swangard, las mismas que se encontraban convenientemente cerca tanto del bar al aire libre como (al menos en la segunda mitad) del portero contrario.”
El líder de la barra
Este grupo de hinchas es el más antiguo de Canadá legalmente establecido. En la actualidad cuenta con 250 miembros activos, pero en su momento llegaron a ser 800. Los días de los partidos en BC Place, es muy difícil no fijarse en uno de sus miembros que no sólo llama la atención por su alta y robusta figura o su abundante barba, sino por el megáfono que porta y con el que comunica y da indicaciones a todos los integrantes de los Southsider en las gradas, antes durante y después del partido.
Se trata de Peter Czimmermann, presidente de la organización y quien, sin duda, lidera a este clan de entusiastas y emotivos hinchas del equipo de fútbol de Vancouver. Pude conversar con mi tocayo, antes de un partido, en el bar Dublin Calling, ubicado en el centro de Vancouver, antes del último partido de la temporada contra Los Ángeles FC.
De Hungría a Canadá
Peter es un ciudadano húngaro, desarrollador de software, que por motivos laborales se mudó a Canadá y que se unió a los Southsiders en el 2011. Desde entonces, ha ocupado diferentes cargos en la organización hasta convertirse en su líder indiscutible.
Él busca con el comportamiento de la barra, que el ambiente de los estadios que como comenté al inicio fue lo primero que me llamó la atención, tenga un balance, pues si nos quedáramos sólo con eso, se convertiría en un espectáculo minuciosamente libreteado y le restaría la pasión que justamente genera el fútbol.
Le pregunté cómo financian los gastos de la barra, lo que incluye banderas, tambores, pancartas y más artefactos con los que entonan la música que se escucha durante todo el partido y me contó que todo era autogestión y contribuciones de los miembros, quienes pagan una membresía anual y que además, compran su pase de la temporada o tickets individuales para cada juego, es decir, que no van al estadio gratis porque el club les regala el boleto. Esto para mí ya habla del compromiso real y honesto de los Southsiders.
El Show de la MLS
Por lo que me comentó Czimmermann, si de él dependiera, eliminaría muchos aspectos que convierten al certamen de la MLS en un show, pero le remarqué que está claro que, en parte, eso es lo que en realidad es; él con un gesto de no mucho convencimiento, me dejo claro, que en parte sí, pero que él y los Sotuhsiders, aportan con un ingrediente para que esto no suceda del todo.
En este mismo tema, me mencionó que por ejemplo Messi y el hecho de que esté en la liga, es mucho de marketing… paré la conversación, levanté las manos y le refuté: “¿pero no me puedes decir que no es el mejor jugador del mundo?” ante lo que me respondió – “ah no, eso sí, pero lo rodea el marketing”.
Los bombos suenan y suenan en el estadio
Nuestra conversación se interrumpió cundo nos percatamos que el tiempo había transcurrido rápido y su novia nos dijo que la barra ya había empezado su tradicional peregrinación hacía el estadio, la misma que quería documentar. Así que terminé mi cerveza y salí a seguir la barra, como pueden ver en el vídeo a continuación.
Estoy seguro de que si tienen la oportunidad de asistir a un partido de los Whitecaps en Vancouver, a ustedes también les llamará la atención, ese grupo de entusiastas hinchas que se agrupan en las secciones 252 y 253 del estadio y además se contagiaran de su energía que dura mucho más de 90 minutos.