Seattle-Washington-USA

Un fin de semana en Seattle

No recuerdo cunado fue la primera vez que me enteré sobre la existencia de Seattle, pero sin duda a principios de los ’90 fue cuando más escuché hablar de ella.

Situada en la costa noroeste de Estados Unidos, pareciera que estaba muy lejos como para recibir alguna noticia relevante, aunque luego nos enteráramos que en esta ciudad se había fundado por ejemplo, la mundialmente famosa cadena de cafeterías Starbucks entre otras muchas otras empresas exitosas.

 

Me atrevo a decir sin temer a equivocarme que fue la música la principal razón que hizo que mi generación, que crecimos en Latinoamérica no sólo nos enteráramos sobre algunos o muchos detalles de esta ciudad.

Su icónica torre Space Needle, ahora se sumaba al imaginario de otras estructuras arquitectónicas internacionales. Luego conocería sobre su histórico y vibrante mercado público, convertido en la actualidad en uno de sus principales atractivos turísticos.

 
 
 
 
 
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En esa época, la música norteamericana que escuchábamos ya no solo llegaba de New York o Los Ángeles, sino que lo hacía desde este lejano puerto del norte. Antes ya habíamos escuchado a legendarios músicos originarios de Seattle, como el gran Jimi Hendrix, pero no fue sino hasta esta ahora que la música se la ligaba a la ciudad, pues se trataba de un nuevo y diferente estilo que había nacido ahí: el grunge.

Seattle fue la cuna de varias bandas que impusieron este nuevo estilo del rock: Pearl Jam, Soundgarden, Alice in Chains solo por mencionar a algunos, pero sin duda fue Nirvana la que se convirtió en la más importante y determinante para contagiar al mundo entero con este género.

Su música se hizo leyenda con la hasta ahora misteriosa muerte de su líder y vocalista Kurt Cobain, quien vivió y murió en su casa de Seattle. Por esta razón, visitar su última morada y el memorial espontaneo que se ha erigido junto a ella, forma parte del recorrido turístico.

 
 
 
 
 
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Otro de sus atractivos es el Great Wheel una rueda gigante que te lleva a contemplar la ciudad desde las alturas, brindándote una espectacular vista del centro y toda la bahía.

La distancia entre Vancouver y Seattle es de tan sólo 230 kilómetros, por lo que el viaje en carretera dura aproximadamente 3 horas, esto sin contra el tiempo que tome cruzar la frontera, el que es realmente impredecible. Su cercanía hace que sea un destino asequible para volver con cierta frecuencia, con la seguridad que en cada viaje podré descubrir un poco más de esta gran metrópoli de la costa noroeste de Estados Unidos.

¡Espero que nos volvamos a ver pronto Seattle!